Esta semana en los capítulos de ‘Sueños de libertad’, los conflictos empresariales y familiares vuelven a entrelazarse.

La crisis sanitaria ha dejado las negociaciones bloqueadas y el abogado Pardo se ha mostrado inflexible, lo que ha obligado a Andrés y Gabriel a replantearse su estrategia legal.

Ambos coinciden en que un proceso judicial prolongado sería perjudicial no solo para la empresa, sino también para los trabajadores, que verían retrasadas sus compensaciones.

La conversación entre los dos consejeros ha comenzado con reproches y desconfianza, pero poco a poco se ha transformado en un terreno de entendimiento.

Gabriel ha confesado sentirse cuestionado por Andrés, quien había insistido en acudir a la reunión con el letrado. Sin embargo, la actitud profesional de Gabriel ha terminado por convencer a su hermano, que no ha dudado en reconocer su mérito: “Tu actuación ha sido impecable”.

Este gesto ha marcado un punto de inflexión en la relación entre ambos. La tensión se ha disipado con un apretón de manos y la propuesta de empezar de cero, tanto en lo profesional como en lo personal.

La escena culminó con una frase que resume el nuevo espíritu de unión: “La familia tiene que estar unida”, sentenció Gabriel, dando a entender que los viejos rencores podrían quedar atrás.

Con este inesperado acercamiento, la serie abre un nuevo horizonte para los personajes, que deberán demostrar si esta alianza es sólida o solo una tregua momentánea. ¿Será este el comienzo de una auténtica reconciliación o un espejismo en medio de la tormenta?