‘Sueños de libertad’: las empresas reales que podrían inspirar la guerra entre Perfumerías de la Reina y Brossard

En los años 50, España y Francia vivían una intensa batalla en el mundo del perfume. Puig, Myrurgia, Guerlain o Lubin podrían estar detrás de la rivalidad más explosiva de ‘Sueños de libertad’.

En los años 50, España y Francia vivían dos realidades distintas en la industria del perfume. En España, las grandes casas eran familiares, con producción nacional y un estilo propio. En Francia, las firmas perfumistas eran símbolo de lujo y prestigio mundial, con décadas —o siglos— de historia.

En ‘Sueños de libertad’, Perfumerías de la Reina y la multinacional francesa Brossard representan perfectamente esa rivalidad, llevando al guion un enfrentamiento que, en la vida real, también existió.

Perfumerías de la Reina: ecos de Puig y Myrurgia

Perfumerías de la Reina es una empresa familiar con productos de tocador, perfumes y cosmética que en la serie se lanza a la expansión internacional. Una historia que recuerda a la de Puig, fundada en Barcelona en 1914, que en 1959 se instaló en Estados Unidos y poco después llegó a Francia, abriendo el camino a marcas como Paco Rabanne o Carolina Herrera.

Otra posible inspiración es Myrurgia, creada en 1916, que combinaba arte y marketing visual con fragancias como Maderas de OrienteJoyaEmbrujo de Sevilla o 1916. Ambas empresas, como la ficticia de la serie, supieron equilibrar tradición e innovación para crecer en un mercado cada vez más competitivo.

Venta a domicilio: ficción con base real

En la trama, Perfumerías de la Reina se atreve con la venta directa al hogar. Aunque en España de los 50 no era tan común como en otros países, sí hubo marcas que distribuyeron sus productos de forma más cercana, especialmente colonias frescas y asequibles, como S3Agua Lavanda o Maderas de Oriente. Una estrategia para fidelizar a las familias y mantener el control de la distribución.

Brossard: un rival con perfume francés

En el lado francés, Brossard recuerda a grandes casas de la época como Guerlain, con su prestigio internacional y fragancias icónicas; Fragonard y Molinard, con tradición artesanal en Grasse; Lubin, de raíces napoleónicas, o Grenoville, que expandió su presencia a ciudades como Bruselas, Londres o Nueva York. Todas ellas compartían lo que define a Brossard en la ficción: tradición, capital, influencia y ambición de conquistar nuevos mercados.

Tramas de poder que huelen a historia en ‘Sueños de libertad’

La competencia entre Brossard y Perfumerías de la Reina ha estado presente desde el inicio de ‘Sueños de libertad’. Todo comienza en el primer capítulo, cuando Jesús (Alain Hernández), antes de que un accidente en la empresa y el regreso de Andrés (Dani Tatay) lo cambien todo, planea vender el negocio familiar a los franceses.

Hasta entonces, Jesús había gestionado la perfumera en solitario. Sin embargo, Damián (Nancho Novo), al descubrir las maniobras de su primogénito, aprovecha una situación límite para modificar las reglas y que sean sus tres hijos quienes participen por igual en las decisiones de la empresa.

Las maniobras de Jesús lo llevan a un punto de no retorno. Expulsado de la familia y de la compañía, su camino se cruza con Gabriel (Oriol Tarrasón), hijo de Bernardo, el hermano secreto de Damián que abandonó la familia y emigró a México.

El duro pasado de Gabriel en México, marcado por deudas asfixiantes y las amenazas de peligrosos prestamistas, se agravó con la muerte de su madre en Tenerife. Desde entonces, tomó la decisión de vengarse de Damián, a quien culpa por no ayudar a su padre cuando este le pidió auxilio. Damián ignoró esa petición y heredó en solitario la fortuna de sus padres, la base de lo que hoy es Perfumerías de la Reina.

Jesús y Gabriel compartían un mismo objetivo: acabar con Damián. Un propósito que ha sido astutamente aprovechado por Antoine Brossard, dueño de la poderosa firma francesa, pionera en el sector.

Primero fue Jesús, ahora es Gabriel. Ambos se han convertido en piezas clave dentro de una trama de espionaje industrial ambientada en los años 50 y 60, una época de pleno desarrollo de la industria española que, desde el extranjero, se veía como una oportunidad perfecta para expandirse y absorber competidores.

¡Estamos seguros de que en los próximos capítulos aparecerán nuevos personajes relacionados con la empresa francesa!

Entre la pantalla y la realidad

La rivalidad entre Perfumerías de la Reina y Brossard es un espejo de cómo, en los años 50, España defendía su identidad perfumera mientras Francia reforzaba su dominio mundial. Un juego de poder, mercado y herencia que, en la serie, se adereza con intriga familiar, y que fuera de la pantalla, marcó la historia del perfume en Europa.